Yukio Mishima (三島由紀夫 Mishima Yukio), de verdadero nombre Kimitake Hiraoka (平岡公威), fue un escritor y dramaturgo japonés nacido en Tokio el 14 de enero de 1925 y muerto el 25 de noviembre de 1970.
La sombra de la abuela
Hijo de Azusa Hiraoka, secretario de Pesca del Ministerio de Agricultura. Pasó los primeros años de su infancia bajo la sombra de su abuela, Natsu, que lo separó de su familia durante varios años. Natsu provenía de una familia vinculada a los samurai de la era Tokugawa, ella mantuvo aspiraciones aristocráticas -el nombre de juventud de Mishima, "kimitake", significa "príncipe guerrero"- aún después de casarse con el abuelo de Mishima, un burócrata que había hecho su fortuna en las fronteras coloniales. Tenía mal carácter y se exacerbó por su ciática. El joven Mishima acudía a masajearla para aliviar su dolor. Ella tenía tendencia a la violencia, incluso con salidas mórbidas cercanas a la locura que serán posteriormente retratadas en algunos escritos de Mishima. Algunos biógrafos opinan que Natsu favoreció la fascinación de Mishima por la muerte. Ella leía francés y alemán, y tenía un exquisito gusto por el Kabuki. Natsu no permitía que Mishima jugase a la luz del sol, practicase algún deporte o que tuviera juegos rudos con otros chicos de su edad. Prefería que pasase su tiempo solo o jugando a las muñecas con sus primas, incluso se habla de unos escritos de primera juventud que su padre rompió ante la mirada del joven Mishima.
Exento del servicio militar por sufrir tuberculosis, no participó en la guerra, suceso que él mismo entendió como una humillación.
Generacionalmente es considerado parte de la “segunda generación“ de escritores de posguerra, junto con Kobo Abe.
Su ensayo más importante, Bunka boueiron (En defensa de la cultura), defendía la figura del Emperador, como la mayor señal de identidad de su pueblo. Más tarde formaría la Sociedad del Escudo (Tatenokai), con un fastuoso uniforme que él mismo diseñó y en el que pretendía reencarnar los valores nacionales de "su" Japón tradicional.
Durante los años 60 escribió sus más importantes novelas.
La obra de Mishima
Su tema central es la dicotomía entre los valores tradicionales de Japón y la esterilidad espiritual de la vida contemporánea. Su novela, Confesiones de una máscara (1949), en parte autobiográfica relata la historia de un joven de homosexualidad latente que debe esconderse tras una máscara para encajar en la sociedad. La historia tuvo un enorme éxito y convirtió a Mishima en una celebridad a la edad de 24 años.
Mishima fue un escritor disciplinado y versátil. No solo escribió novelas, novelas de series populares, relatos y ensayos literarios, también obras muy aclamadas para el teatro Kabuki y versiones modernas de dramas No tradicionales.
Su escritura le hizo adquirir fama internacional y un considerable seguimiento en Europa y América, y muchas de sus obras más famosas fueron traducidas al inglés. Permitiéndole dedicarse por entero a la escritura. A Confesiones de una Máscara le siguen, El pabellón de oro (1956) la cual retrata a un hombre obsesionado con la religión y la belleza; El marino que perdió la Gracia del mar (1963) es un relato truculento sobre los celos adolescentes; y en su epopeya de cuatro volúmenes, El mar de la fertilidad (1970), que comprende Nieve de primavera, Caballos desbocados, El templo del alba y La corrupción de un ángel, analiza la transformación de su país en una sociedad moderna pero estéril. Mishima, que fundó una sociedad para fomentar la cultura física y las artes marciales, el Tatenokai, su suicidio se considera como su protesta final contra la decadencia japonesa.
Su relación con el Nobel.
Mishima Viajó ampliamente, siendo propuesto para el Premio Nobel de Literatura en tres ocasiones, y fue pretendido por muchas publicaciones extranjeras. Sin embargo, en 1968 su primer mentor Yasunari Kawabata ganó el premio y Mishima se dio cuenta de que las posibilidades de que fuera concedido a otro autor japonés en un futuro próximo eran escasas. Se cree también que Mishima quiso dejar el premio a Kawabata, de más edad, como muestra de respeto para el hombre que lo había presentado a los círculos literarios de Tokio en la década de los 40.
El ritualismo de su suicidio
En el año 1967, Mishima se alistó en las Fuerzas de Autodefensa de Japón y tuvo un entrenamiento básico. Un año más tarde formó la Tatenokai (Sociedad Escudo), milicia privada compuesta sobre todo por jóvenes estudiantes patrióticos que estudiaban principios de artes marciales y disciplinas físicas y que fueron entrenados a través de las Fuerzas de Autodefensa de Japón bajo la supervisión de Mishima.
La mañana del "incidente" del 25 de noviembre de 1970, Mishima llevaba la última parte de esta tetralogía a su editor. Después se dirigió junto con cuatro miembros de la Tatenokai a visitar al comandante del Campamento Ichigaya, en el cuartel general de Tokio del Comando Oriental de las Fuerzas de Autodefensa de Japón. Una vez dentro, procedieron a cercar con barricadas el despacho y ataron al comandante a su silla. Con un manifiesto preparado y pancartas que enumeraban sus peticiones, Mishima salió al balcón para dirigirse a los soldados reunidos abajo. Su discurso pretendía inspirarlos para que se alzaran, dieran un golpe de estado y devolvieran al Emperador a su legítimo lugar. Solo consiguió molestarlos y que le abuchearan y se mofaran de él. Como no fue capaz de hacerse oír, acabó con el discurso tras solo unos pocos minutos. Regresó a la oficina del comandante y cometió seppuku. La costumbre de la decapitación al final de este ritual le fue asignada a Masakatsu Morita, miembro de la Tatenokai. Pero Morita, del cual se rumoreaba que había sido amante de Mishima, no fue capaz de realizar su tarea de forma adecuada: después de varios intentos fallidos, le permitió a otro miembro de la Tatenokai, Hiroyasu Koga, acabar el trabajo. Morita entonces intentó el seppuku y fue también decapitado por Koga.
Otros elementos tradicionales del suicidio ritual fueron la composición de jisei, (un poema compuesto por uno mismo cuando se acerca la hora de su propia muerte), antes de su entrada en el cuartel general.
Mishima preparó su suicidio meticulosamente durante al menos un año y nadie ajeno al cuidadosamente seleccionado grupo de miembros de la Tatenokai sospechaba lo que estaba planeando. Mishima debía haber sabido que su intento de golpe jamás podría haber tenido éxito y su biógrafo, traductor, y antiguo amigo John Nathan sugiere que fue solo un pretexto para el suicidio ritual con el cual Mishima tanto había soñado. Mishima se aseguró de que sus asuntos estuvieran en orden e incluso tuvo la previsión de dejar dinero para la defensa en el juicio de los otros 3 miembros de la Tatenokai que no murieron.
Mishima escribió 40 novelas, 18 obras de teatro, 20 libros de relatos, y al menos 20 libros de ensayos así como un libreto. Una gran porción de su obra se compone de libros escritos rápidamente solo por los beneficios monetarios, pero incluso no teniendo en cuenta estos, seguimos teniendo una parte sustancial de su obra.
Aunque su fin puede haber pretendido ser algún tipo de testamento espiritual, la naturaleza teatral de su suicidio, las poses cursis en las fotografías para las que posó y la ocasional naturaleza patética de su prosa seguramente han perjudicado a su legado. En las academias, tanto japonesa como anglo-americana, hoy, Mishima no tiene virtualmente voz, sobre todo porque sus opiniones de derechas no son políticamente correctas. Sin embargo, fuera de la academia las obras de Mishima siguen siendo populares tanto en Japón como en el resto del mundo.
TEXTO: CUENTOS COMPLETOS DE MISHIMA AQUI.
1 comentario:
Me gustó muchísimo tu entrada, es muy interesante conocer sobre los aspectos de la vida del señor Mishima.
Yo pienso que siempre tuvo una vida vacía a pesar de ser reconocido por todo el mundo.
La verdad me gustó mucho su novela ''El Pabellón de Oro'', pero me dejó la vaga sensación que estaba leyendo los pensamientos del señor Mishima y no de Mizoguchi, como decía en la contraportada del libro.
Así, concluyo que fue un hombre obsesionado con morir. Para él, morir siempre fue honorable.
Saludos.
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